La Miopía (mala visión de lejos), la Hipermetropía (mala visión de cerca), y elAstigmatismo (visión distorsionada), ocasionan una llegada desenfocada de la luz a la reitna, generalmente por un desequilibrio en la estructura óptica del ojo., por ejemplo un ojo más largo en los miopes. La Presbicia (vista cansada) sucede cuando la lente localizada en el interior del ojo, el cristalino, pierde la capacidad para enfocar los objetos cercanos. Estas alteraciones se denominan “errores refractivos”.
Los síntomas más comunes de los errores de refracción son la visión borrosa y la incomodidad o fatiga visual. Todos ellos son totalmente corregibles con unas gafas o lentes de contacto adecuadas o, actualmente, mediante cirugía.
MIOPÍA (mala visión de lejos) Miopía es el término utilizado para aquella condición en la cual los ojos pueden ver limpiamente objetos cercanos pero no pueden identificar, con nitidez los objetos lejanos. La palabra “miopía” proviene de un término griego que significa “ojos cerrados” porque las personas con esta condición a menudo cierran ligeramente los ojos para mejorar la visión de lejos (efecto estenopeico).
Habitualmente, la miopía tiene un factor hereditario que a menudo se hace evidente en los niños alrededor de los ocho a diez años de edad. Normalmente, suele incrementarse como el crecimiento del cuerpo durante la adolescencia y estabilizarse en la edad adulta. El factor hereditario o los antecedentes familiares son los factores de mayor influencia en la miopía.
La miopía puede ser producida por una mayor longitud del globo ocular. El ojo describe una forma más ovalada que redonda, y debido a este incremento de la longitud, resulta imposible para el cristalino modificar suficientemente su forma para conseguir enfocar nítidamente los objetos lejanos sobre la retina. Con menor frecuencia, la miopía puede ser causada por un cambio en la curvatura de la córnea o un cambio en la forma del cristalino.
Los pacientes diagnosticados con una miopía simple, pueden incrementar su miopía a medida que el cuerpo humano se desarrolla.
TRATAMIENTO:
La opción más utilizada para su tratamiento son las gafas o las lentes de contacto. En ambos casos no se producirá la curación de la enfermedad, pero si se podrá restablecer el enfoque de la luz sobre la retina. No existe una evidencia científica que nos indique que las lentes de contacto o los ejercicios visuales pueden parar la progresión de la miopía. Aunque algunas personas utilizan un proceso de adaptación de lentes de contacto rígidas llamado ortoqueratología, produciendo una mejora visual temporal. Después del cese en el uso de las lentes de contacto, la córnea vuelve a su curvatura o forma original y la miopía aparece de nuevo.
El tratamiento quirúrgico de la miopía va adquiriendo mayor importancia y su estudio e investigación siguen avanzando. De este modo, mediante las diferentes técnicas de “cirugía refractiva” se puede corregir la miopía. Actualmente la más conocida la denominada LASIK, en la que mediante un láser de excimer se moldea y corrige la curvatura córneal, modificando el poder refractivo del ojo y, con ello, enfocando nuevamente la luz sobre la retina de forma puntual. Esta técnica ha evidenciado buenos resultados, con una gran efectividad, aunque tampoco está exenta de riesgos, especialmente los que se relacionan con la maniobra del tallado córneal con el microqueratomo. Otras alternativas son las lentes intraoculares, especialmente para altas miopías o en casos de cornea muy fina, donde no se puede aplicar el láser.
MIOPÍA PATOLÓGICA La miopía patológica es una forma menos frecuente de miopía. Generalmente son aquellas miopías superiores a 8 o 10 dioptrías, donde ya no se trata de un simple trastorno o desequilibrio en los medios ópticos del ojo. Podemos decir que es una autentica enfermedad que, además de la necesidad de corregir el desenfoque óptico, hay una serie de alteraciones en los tejidos del ojo, básicamente un envejecimiento precoz, donde la retina es la estructura más perjudicada.
TRATAMIENTO:
La opción más utilizada para su tratamiento son las gafas o las lentes de contacto. En ambos casos no se producirá la curación de la enfermedad, pero si se podrá restablecer el enfoque de la luz sobre la retina. No existe una evidencia científica que nos indique que las lentes de contacto o los ejercicios visuales pueden parar la progresión de la miopía. Aunque algunas personas utilizan un proceso de adaptación de lentes de contacto rígidas llamado ortoqueratología, produciendo una mejora visual temporal. Después del cese en el uso de las lentes de contacto, la córnea vuelve a su curvatura o forma original y la miopía aparece de nuevo.
El tratamiento quirúrgico de la miopía va adquiriendo mayor importancia y su estudio e investigación siguen avanzando. De este modo, mediante las diferentes técnicas de “cirugía refractiva” se puede corregir la miopía. Actualmente la más conocida la denominada LASIK, en la que mediante un láser de excimer se moldea y corrige la curvatura córneal, modificando el poder refractivo del ojo y, con ello, enfocando nuevamente la luz sobre la retina de forma puntual. Esta técnica ha evidenciado buenos resultados, con una gran efectividad, aunque tampoco está exenta de riesgos, especialmente los que se relacionan con la maniobra del tallado córneal con el microqueratomo. Otras alternativas son las lentes intraoculares, especialmente para altas miopías o en casos de cornea muy fina, donde no se puede aplicar el láser.
MIOPÍA PATOLÓGICA La miopía patológica es una forma menos frecuente de miopía. Generalmente son aquellas miopías superiores a 8 o 10 dioptrías, donde ya no se trata de un simple trastorno o desequilibrio en los medios ópticos del ojo. Podemos decir que es una autentica enfermedad que, además de la necesidad de corregir el desenfoque óptico, hay una serie de alteraciones en los tejidos del ojo, básicamente un envejecimiento precoz, donde la retina es la estructura más perjudicada.
HIPERMETROPÍA (mala visión de cerca) Hipermetropía es el término utilizado para definir una relativa buena visión de lejos y dificultad en la visión próxima. En esta condición, por lo general, el ojo es más corto de lo normal (al contrario que en la miopía, donde el ojo es a menudo más largo). Esta disminución en la longitud del ojo provoca una dificultad para que el cristalino enfoque los objetos cercanos en la retina con nitidez. En menor medida, un aplanamiento o un adelgazamiento de la córnea, pueden ser también causas de hipermetropía.
Normalmente, todos los niños en edad infantil son hipermétropes en grado moderado, y disminuye su valor durante la adolescencia, cuando el ojo se desarrolla, igual que el resto de las estructuras del organismo. Las personas jóvenes afectadas por esta condición, habitualmente pueden ver correctamente tanto en la distancia de lejos como en la de cerca, puesto que el poder de enfoque del cristalino a estas edades es lo suficientemente potente como para compensar el desequilibrio óptico.
Algunas hipermetropías en niños pueden estar asociadas con un estrabismo convergente, la desviación hacia dentro de los ojos, debido a que los músculos oculares se contraen fuertemente, tirando hacia dentro, al realizar el sobreesfuerzo que supone el enfoque correcto.
Los niños no suelen presentar síntomas visuales como dolor de cabeza u otro tipo de fatiga visual, sin embargo, ante la pérdida del interés en la lectura puede ser un primer aviso de la existencia de un cierto grado de hipermetropía que requiera la visita del oftalmólogo y la prescripción de gafas para su corrección. Hay que recordar que esta afección, igual que la miopía, también tiene una base hereditaria con mayor incidencia familiar, así cuando los padres padezcan hipermetropía, es necesario que a partir de los 3 años se realicen exploraciones rutinarias cada año por parte del oftalmólogo, para descartar su presencia y, tratarla en caso que fuera necesario, para prevenir la ambliopía (ojo vago) o el estrabismo convergente.
TRATAMIENTO: La hipermetropía suele corregirse mediante gafas o lentes de contacto y, modernamente mediante cirugía láser. La corrección de pequeñas hipermetropías en niños, especialmente cuando no presentan otros síntoma visuales, no es necesario. En estos casos se recomienda realizar un control periódico de revisiones por parte del oftalmólogo. Sólo en aquellos casos de hipermetropía elevada o asociados a una desviación ocular necesitarán ser tratados con gafas, lentes de contacto o cirugía.
ASTIGMATISMO El astigmatismo acostumbra a estar causado por la distorsión o irregularidad de la córnea, superficie anterior del ojo. En el caso de una visión normal sin distorsión, la córnea suele ser uniforme y con similar curvatura en todas las direcciones, se trataría de una superficie casi esférica. Cuando un individuo padece astigmatismo, la córnea está deformada y es más curvada en uno de sus ejes, como si cogemos una pelota redonda y la comprimimos, se transforma en un ovalo, se parece más a un balón de rugby o a un melón que a una pelota de fútbol. El efecto del astigmatismo en la percepción de las figuras es similar al observado cuando miramos un espejo con una superficie ondulada, como los que encontramos en parques de atracciones que hacen que nos veamos mucho más altos o más anchos o demasiado delgados. Suele ser hereditario, estando presente en el nacimiento y frecuentemente no sufren grandes variaciones a lo largo de la vida.
La mayoría de la población tiene un cierto grado de astigmatismo y a menudo no requieren corrección con gafas o lentes de contacto, es lo que denominamos astigmatismo fisiológico.
TRATAMIENTO
La corrección del astigmatismo no es difícil si la distorsión procede de una deformación regular y definida en la córnea. En estos casos, mediante una deformación compensatoria similar en gafas puede neutralizar la distorsión de la córnea, de la misma forma podemos hacer con lentillas o con cirugía, donde el láser moldea la córnea hasta regularizar la superficie, transformándola en esférica. En otras situaciones como una cicatriz fruto de un traumatismo o una intervención quirúrgica pueden ocasionar que la deformación de la córnea sea irregular. Los llamados astigmatismos irregulares son más difíciles de corregir ya que no es posible realizar una cristal o lentilla que compense esta deformación. Si la lesión es muy severa únicamente se podrá mejorar recomponiendo la córnea mediante un transplante de córnea. En la actualidad disponemos de sistemas láser que permiten remodelar cierto grado de irregularidades y, aunque no resuelve todos los casos, muchos de ellos pueden solucionarse sin necesidad de recurrir a un transplante de córnea, con los inconvenientes que ello supone.
Normalmente, la borrosidad producida por el astigmatismo se corrige mediante gafas o lentes de contacto. Las lentes de contacto rígidas o gas permeables corrigen mejor el astigmatismo que la lente de contacto blanda, pero también existen lentillas blandas que lo resuelven y que pueden sernos a menudo de gran ayuda. Si la cantidad de astigmatismo es elevada, los cristales que corrigen esta condición pueden provocar una distorsión en la visión lateral. Potencias elevadas de astigmatismo tampoco son fácilmente corregibles con las lentes de contacto, ya que la lentilla puede bascular sobre la superficie córneal. Actualmente disponemos de lentillas conocidas como lentes tóricas, que pueden solucionar mejor este problema. Se mantienen estables gracias a una modificación en su curvatura posterior que se adapta a la cara anterior de la córnea, mejorando su estabilidad. Se reserva la cara anterior de la lente para incorporar la modificación óptica que corregirá el astigmatismo .
PRESBICIAA medida que las personas van avanzando en edad experimentan una mayor dificultad para enfocar los objetos cercanos, haciéndose necesario las gafas para la lectura o tareas en visión próxima. Esta condición es lo que denominamos presbicia o vista cansada.
Muchas personas no padecen problemas en visión próxima hasta pasados los 40 años, cuando el cristalino pierde parte de su flexibilidad y no puede focalizar claramente los objetos cercanos. La presbicia es una alteración inevitable, fisiológica, y normalmente se corrige con gafas o lentillas o, más recientemente, con cirugía láser o implantes de lentes intraoculares. Una vez se inicia se irá incrementando progresivamente hasta los 60 o 70 años. Generalmente se debe ajustar la graduación cada 3 o 4 años, especialmente cuando aparece. Las gafas bifocales, trifocales o los tipos progresivos pueden ser la solución para présbitas que padezcan otro error refractivo como la miopía, hipermetropía o astigmatismo.
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